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Los tres cerditos y los sistemas de preingeniería

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Los términos clave cuando hablamos de sistemas prefabricados son: eficiencia y rapidez en la ejecución de las obras. Utilizando el cuento de los tres cerditos como metáfora e hilo conductor de la historia en la que el reto era construir tres casas de forma eficiente y en el menor tiempo posible, nos preguntamos: ¿qué hubiera pasado si en lugar de las opciones conocidas por todos en la historia, alguno o todos hubieran optado por sistemas más eficientes como la prefabricación?

Esta es una mirada rápida y divertida a las ventajas de la especialización de materiales.

Todos conocemos el cuento de los tres cerditos, y cómo cada uno de ellos tuvo que construir su casa en el menor tiempo posible con los conocimientos y medios que cada uno tenía, para salvarse del lobo feroz. La historia en sí misma nos muestra una lectura de cómo el trabajo y el esfuerzo que dediquemos a esa tarea nos dará mejores resultados. Pero también podríamos dilucidar otra lectura, si lo llevamos a la época actual de competitividad de nuestras empresas: No sólo merece la pena el esfuerzo y la dedicación, sino que además hay que hacerlo muy bien, en el menor tiempo disponible y al menor coste posible.

Centrarse en la eficiencia
La especialización nos permite encontrar a esa persona o empresa que puede hacer esa parte del proceso mejor, en menos tiempo y a menor coste que tú. De este modo, aportas lo que puedes hacer mejor que otros, en menos tiempo y a menor coste. Si volvemos al cuento de los tres cerditos, ¿qué habría pasado si en lugar de poner a cada uno por su lado, los tres hubieran unido sus fuerzas y hubieran trabajado en lo que mejor saben hacer?

Por ejemplo: el cerdo albañil, que era hábil con la albañilería, se hubiera encargado de construir los cimientos y las paredes de las tres casas; el cerdo carpintero, hubiera colocado toda la estructura reforzada y el tejado; mientras que el cerdo que trabajaba la palma, se hubiera encargado de construir la mejor cubierta de palma para cada una de las casas, aprovechando los cimientos y la estructura de sus hermanos. Quizás con esto hubieran podido tener 3 casas mucho más resistentes y en mucho menos tiempo que los esfuerzos individuales realizados. De esta manera, el cuento del lobo y los tres cerditos hubiera sido muy diferente.

Aprovechar las ventajas de los demás
Lo que quiero decir con esto es que muchas empresas son especialistas en áreas y/o procesos en los que son muy competitivas y pueden gestionar las tareas con menos costes y tiempo que otras. Los sistemas constructivos de preingeniería generan grandes ahorros de tiempo y dinero en la ejecución de las obras, y proporcionan un acabado de alta calidad, que difícilmente se podría conseguir con los sistemas constructivos tradicionales, la mayoría de ellos ejecutados en obra.

Cuando hablamos de sistemas de preingeniería o sistemas industrializados en el ámbito de la construcción, muchas empresas lo ven como una amenaza para su negocio tradicional. Un gran error. Los sistemas de pre-ingeniería nos permiten adquirir materiales y sistemas constructivos de aquellas empresas especializadas que lo hacen mejor que nadie manteniendo unos estándares de calidad muy altos. Las constructoras locales deben entender que la aportación de mano de obra local cualificada para el montaje de dichos sistemas es esencial en este proceso, y que cuanto más cualificada y especializada sea, mayor valor aportará a la ejecución.

Ahora imaginemos cómo cambiaría la historia si, además, los tres cerditos hubieran comprado casas preindustrializadas, ¡quizá incluso acabaran vendiendo otra casa al mismísimo lobo!

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